Cuando una
empresa esta interesada en obtener alguna certificación de calidad lo
primero que necesita saber es si reúne condiciones de partida
suficientes y qué cambios o adaptaciones va a tener que realizar. Para
ello es recomendable realizar una auditoría previa, que determinará los puntos de la norma que no se cumplen y soluciones para corregir dichos incumplimientos.Estas auditorias deben ser encargadas a auditores expertos e independientes, puesto que los organismos de certificación tienen prohibido ofrecer cualquier tipo de asesoramiento directo (artículo 4.2.6 de la norma ISO/IEC 17065:2012) o indirectamente a través de empresas consultoras vinculadas (artículo 4.2.9 de la norma ISO/IEC 17065:2012). A continuación, las auditorias previas deberían ser complementadas con un estudio de viabilidad (estudio de costes y rentabilidad) y una auditoría de seguimiento para evaluar la implantación de las acciones correctoras propuestas anteriormente.Una vez seguros de que la certificación es posible técnicamente y rentable, entonces es cuando se debería solicitar la certificación al organismo que más interese. Para todas las certificaciones, suele haber varios organismos autorizados
por la autoridad competente -SENASA-. Cada uno tiene sus propios
procedimientos de trabajo y pueden ofrecer presupuestos muy diferentes
en función de distintas circunstancias, lo cual conviene conocer antes
de decidirse por una u otra certificadora.Los trámites de solicitud
también pueden variar. La documentación que requieren suele estar
relacionada con la demostración del cumplimiento de determinados
requisitos, por lo cual las auditorías previas son la mejor manera de
recabar toda la información.
Lic. José Agrippino agrippi@gmail.com
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