El
consumo de harina de algarrobo fue habitual de los pueblos originarios,
hasta la aparición de la harina de trigo, incorporada por los
españoles,fue relegando su consumo y su valoración, marginando poco a
poco su presencia en la dieta y en la consideración de la población.
Durante muchos años, en el Código Alimentario Argentino (CAA) figuró
como “harina de algarrobo”el producto elaborado solamente con las
semillas del algarrobo blanco (Prosopis alba Griseb) y del algarrobo
negro ( Prosopis nigraGrisebach)
dos especies de fuerte presencia en la región chaqueña. En septiembre
de 2010 una Resolución Conjunta de la Secretaría de Políticas,
Regulación e Institutos (SPReI) y de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería y Pesca (SAGyP), también incorporó al CAA la “Harina de fruto
de algarrobo”, que surge de moler el fruto completo (semilla y corteza)
de ambos árboles, tal y como se realiza desde tiempo inmemorial en la
región, sin que represente riesgo alguno para la población. La misma
Resolución incorporó el Patay, definiéndolo como el producto “elaborado
por amasado de harina de algarrobo, en cualquiera de sus tipos: semilla o
fruto, con agua; masa a la que se le da forma de panes antes de
llevarla al horno para cocerla. La pasta análoga hecha con harina de
Mistol (Zyziphus mistol) se denomina: Patay mistol”
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